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El ex jefe de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), Oscar Parrilli, aseguró que el escándalo que desató el "caso D'Alessio" es "la punta del iceberg" de un sistema de inteligencia que habilita un "proceso de espionaje político" que es el "peor" registrado en períodos democráticos, desde la dictadura en adelante.
Consultado sobre el escenario electoral a nivel nacional, el ex secretario de la Presidencia durante el kirchnerismo aseguró que desde Unidad Ciudadana se trabaja "en el mayor grado de unidad posible con todos los sectores" para terminar con la "pesadilla macrista" el 10 de diciembre.
Además, precisó que en Neuquén "se hizo la mejor elección posible", en el marco del adelantamiento de la fecha anunciado "de manera poco democrática por parte del gobernador" Omar Gutiérrez. Consideró que hay que seguir trabajando por la unidad y en ese sentido llamó a construir propuestas y "dejar de lado las apetencias personales, los individualismos".
-¿Cuál fue el perfil con el que fue creada la AFI en el último año de gobierno kirchnerista y cómo fue virando a lo que es hoy?
-Cuando Cristina Kirchner me encomendó la intervención de la ex SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado) en 2014 nos dio directivas muy concretas de que había que cambiar cómo se venía manejando la inteligencia en Argentina, con resabios de la dictadura militar, y que lamentablemente en los gobiernos democráticos no se había podido corregir. Los gobiernos de (Raúl) Alfonsín, (Eduardo) Duhalde, (Carlos) Menem, (Fernando) De la Rúa, (Néstor) Kirchner y finalmente nosotros habíamos sido víctimas de operaciones de inteligencia en contra del mismo gobierno y generadas por agentes de inteligencia que supuestamente tenían que responder a las directivas del Poder Ejecutivo. Cuando llegamos a la SIDE empezamos primero una tarea de reestructuración muy profunda. Echamos a más de 200 personas, entre ellas al más emblemático que era (Jaime) Stiusso. Hicimos ocho denuncias penales por delitos que nosotros entendíamos que se estaban cometiendo desde el mismo organismo al hacer inteligencia interna. Estas causas murieron el sueño de los justos con estos jueces que hoy están siendo cuestionados. Por otro lado, llevamos adelante una profunda transformación legal. Sancionamos una ley que fue aprobada por otras bancadas, no sólo por el Frente para la Victoria, obviamente con la oposición del Pro. Pero esa ley mereció el reconocimiento de organizaciones internacionales que bregan por la transparencia del manejo de los servicios de inteligencia en el mundo.
-¿Cuáles eran los principales lineamientos de esa ley?
-Esa ley establecía cinco principios. En primer lugar, sacamos la oficina de escuchas telefónicas de la SIDE, que era un gran centro de corrupción y de manejo discrecional para extorsiones de todo tipo, y se lo pasamos a la Procuradora (General de la Nación, Alejandra Gils Carbó). Lo segundo que hicimos fue cumplir un compromiso que tenía el Estado argentino con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que era la eliminación o reducción sustancial de los fondos reservados de la SIDE; nosotros fijamos los mecanismos e iniciamos el proceso para hacerlo. En tercer lugar, establecimos la inteligencia por programas, es decir que el organismo sólo podía hacer inteligencia en aquellos temas que interesaban al Estado argentino para garantizar la seguridad del Estado y de los ciudadanos; estos son: terrorismo, narcotráfico, terrorismo internacional, trata de personas, delitos económicos. Todos delitos que tienen que ver con cuestiones internacionales. Todo tenía que estar conducido por el director y ningún agente de la SIDE podía actuar por su propia cuenta para terminar con esa inteligencia delivery donde esa promiscuidad peligrosa entre organismos o agentes de inteligencia y fiscales o jueces terminaba siendo utilizada para extorsiones, negocios o cualquier cosa menos para el Estado. Establecimos que el ingreso tenía que ser a través de universidades públicas e hicimos convenio con ellas. Establecimos la obligación para los ex agentes de inteligencia de tener que rendir cuentas todos los años ante el organismo sobre a qué se dedicaban, cuál era su patrimonio, para evitar que una vez que dejaran de pertenecer hicieran inteligencia prohibida de materia privada.
¿Qué pasó con todo esto a partir de 2015?
-A los seis días (de asumir), el 16 de diciembre de 2015, con un DNU (decreto de necesidad y urgencia) borró (Mauricio Macri) de un plumazo absolutamente todas estas reformas y volvió el sistema anterior. Obviamente volvieron los fondos reservados y de 2015 a 2016, y de ahí en adelante, en dólares el presupuesto se duplicó. Actualmente es un presupuesto de casi 8 mil millones de pesos anuales. Y comenzaron el espionaje político interno, primero con la ex presidenta (Cristina Fernández), conmigo, con varios de sus colaboradores. Muchos miraban para otro lado, algunos decían "bueno son los kirchneristas", y algunos compañeros cantaban bajito y no decían absolutamente nada. Se inició un proceso de espionaje político del peor. Cuando llegaron ellos no solamente volvieron a los fondos reservados y derogaron todas las formas de transparencia, sino que además se llenaron de ex agentes de inteligencia o ex militares retirados o policías exonerados de la Bonaerense. Si durante 30 años la inteligencia argentina estuvo al servicio de objetivos que no tenían nada que ver, éstos han manejado la inteligencia de la peor manera que la manejaron todos los gobiernos democráticos anteriores.
-¿Cómo se explica que haya propios, es decir, integrantes de Cambiemos que están siendo investigados?
-Fijate a qué nivel llegaron. No sólo nos investigaron a nosotros, lo investigaron a (Daniel) Angelici, porque es tanta la perversidad que hay y tanto el descontrol que se espían todos contra todos. La misma (Elisa) Carrió denunció que había sido espiada cuando fue en un viaje a Paraguay, pero ella también es parte y es cómplice de todo este sistema de espionaje porque se valió de muchos de esos agentes para hacer operaciones, extorsionar y denunciar a políticos y a dirigentes opositores. Le hicieron espionaje a (Juan José) Gómez Centurión, ahora dicen que le estaban haciendo espionajes a (María Eugenia) Vidal, al presidente del Colegio Público de Abogados (de CABA, Jorge Rizzo).
-¿Y quién ordena esos espionajes?
-Macri. Yo estoy convencido de que vienen desde la cúspide del poder. Es Macri, (el ministro de Justicia, Germán) Garavano, (el jefe de la AFI, Gustavo) Arribas, Patricia Bullrich (ministra de Seguridad). Todos los que tienen que ver con el sistema de inteligencia y seguridad en Argentina. Cuando un juez ordena una escucha se graba en un cd o pen drive y después se lo manda al juez o al fiscal que la pidió. Y están lo que se llama las escuchas online, que se usan por ejemplo ante un secuestro extorsivo, para tratar de evitarlo en el momento; o cuando se trata de un contrabando que se está a punto de concretar, o cuando hay un acto terrorista. En el caso mío me hacían escuchas directas y al final del día le llevaban escuchas a Arribas para que se las diera a Macri, para contarle de qué hablaba la ex presidenta conmigo y cuál era la estrategia o los comentarios políticos que hacíamos. El hecho, que lo dejaran trascender a los medios de comunicación es un delito por el que hice la denuncia penal y no pasó nada, además consistía en el delito de espionaje político porque esa conversación no iba a un juez, iba al Ejecutivo que no tenía nada que ver.
-El espionaje hacia los propios integrantes de Cambiemos, ¿da cuenta de una escisión muy grande hacia el interior del partido?
-La manzana se pudre por adentro, dicen, ¿no? Es tanto la podredumbre que tenían que ahora se empezaron a pudrir entre ellos. Ya se tienen desconfianza. Fijate lo otro que está pasando en el ámbito del parlamento. Tienen un presidente de la Cámara de Diputados (Emilio Monzó), que está en la línea de sucesión y dice que no tiene más nada que ver con el gobierno y que a fin de año se va. El presidente del bloque del Pro, (Nicolás) Masssot, dice que en agosto renuncia y se va a estudiar con una beca no sé a dónde. Y el presidente del bloque de Cambiemos, (Mario) Negri, está en la campaña en Córdoba. (Están) divididos y peleados entre ellos producto del descalabro económico y de todo el daño que están haciendo al pueblo argentino y del descalabro institucional que está apareciendo con todo esto de (Marcelo) D' Alessio que es la punta de este iceberg.
-Lo llevo al escenario político nacional, el peronismo se propuso trabajar por la unidad, ¿cree que la está logrando o viene un poco demorada?
-Se está logrando la unidad con todos los que se puedan reunir. La ex presidenta Cristina Kirchner lo ha hecho, ha recibido a todo el mundo. El mensaje de ella es "no importa a quién votaron en 2015, si fueron o no opositores a nuestro gobierno, lo importante es que sean sectores que están siendo atacados y vulnerados por la política de este gobierno y que coincidamos en las propuestas que tenemos para sacar el país adelante". En este ámbito tenemos que trabajar en el mayor grado de unidad posible con todos los sectores. Ella se ha reunido y se va a seguir reuniendo con dirigentes que no vale la pena nombrar que no fueron kirchneristas ni lo son tampoco ahora, pero ella tiene la conciencia que tiene que trabajar en ese sentido. Incluso ella ha dicho que no pone como condición su candidatura ni mucho menos, y que se trata de buscar el mejor frente político patriótico más amplio, con los mejores candidatos que nos permita terminar con esta pesadilla macrista el 10 de diciembre de 2019.
-¿Tiene límites esa unidad?
-El límite es Macri, sin dudas. Desde ya que hay que ponerse a trabajar en función de las ideas, de las propuestas, pero el límite es Macri y esta es la directiva que nos ha dado y que hemos llevado adelante en todas las provincias en donde Unidad Ciudadana se ha constituido.
-¿Cómo quedó el peronismo neuquino tras la derrota del 10 de marzo? ¿Se va a mantener la unidad de Ramón Rioseco y Darío Martínez?
-Eso lo ratificamos el otro día en una reunión que tuvimos tanto con Darío como con Ramón. La unidad no fue sólo coyuntural para este momento. Sí creemos que esta unidad hay que consolidarla, fortalecerla y ampliarla lo más que se pueda. Creo que se hizo la mejor elección posible. Obviamente que errores se cometieron y hoy no se trata de buscar chivos expiatorios. Todos cometimos errores en el marco de esta campaña. Creo que nos faltó tiempo, que llegamos tarde. Hubiera sido distinto si el tema de las candidaturas lo hubiéramos solucionado en agosto o septiembre del año pasado y de una manera más democrática, participativa. Pero bueno, las elecciones fueron anunciadas de una manera poco democrática por parte del gobernador (Omar Gutiérrez) tratando de sorprender y a través de un mecanismo como el voto electrónico que da absoluta desconfianza e inseguridad la votante, sin que esto signifique que no ganaron. Espero sea la última vez que este sistema se use en la elección provincial.
Hoy la consigna que tenemos que tener es seguir trabajando por la unidad y lo que se consolidó hasta ahora, y trabajar en las propuestas para los municipios donde todavía hay elecciones por delante. Tenemos que tener propuestas muy claras de gestión de gobierno y buscar los mejores candidatos que nos representan en estas elecciones para, si no ganar, por lo menos hacer la mejor elección posible y no volver para atrás. Y hay que dejar de lado las apetencias personales, los individualismos, el "yo quiero tal cargo", "a mí me conviene tal cosa". Esa, desde mi punto de vista, no es la manera en la que se debe trabajar políticamente. Yo aprendí que se trabaja con proyectos, con ideas, con convicciones y uno tiene que estar y ser útil en el lugar que se es útil y que el conjunto de los compañeros definen, que es el mejor lugar que uno tiene que cumplir. A aquellos que priorizan sus intereses personales los he visto pasar por el Partido Justicialista e incluso han llegado a ser presidentes del PJ, y terminaron no sé si por cansancio o por claudicación, como empleados del poder. Tenemos a (Sergio) Gallia, Romero, (Daniel) Baum, que fueron figuras y hasta candidatos del justicialismo y por esto de priorizar sus intereses personales al final de la vuelta terminaron siendo empleados del MPN (Movimiento Popular Neuquino).
-Entiendo que no quiere poner el foco en los nombres, pero la figura de Darío Martínez tiene una proyección que ha crecido mucho en los últimos meses. ¿Cree que puede ser candidato a senador?
-No voy a hablar de nombres. Creo que tenemos muy buenos candidatos, la campaña de Ramón y Darío ha sido una muy buena campaña, ha sido lo mejor que hemos podido llevar adelante. Pero acá no es una cuestión de nombres primero sino de proyectos y de dónde uno es más útil al conjunto. Sería una falta de respeto hacia mis compañeros hablar de nombres y sería poner el carro adelante del caballo. Esa es la manera de hacer política que yo no comparto.